Yo había visto estas Navidades un impresionante merchandisign de una tal Violetta pero no le presté atención alguna hasta que empecé a documentarme en Youtube para hacer esta tarta.
Para mi sorpresa me di cuenta de que se trataba de una novela argentina para adolescentes.
Pero novela con todas las de la ley, chicos y chicas guap@s (que cantan), amor camuflado de amistad, mal@s malot@s....
Así es como se va entrenando a las nueva generación consumidora de películas de clasificación “mu-ñoñas”, cuyo argumento es una tensión sexual no resuelta protagonizada por actores monos y con final feliz...upssss….mis preferidas (si tuviera ocho años seguro que sería super-fan de Violetta).
Violetta es huérfana de madre y descubre que tiene un gran talento para cantar, ¿y de quién heredó??? ….¡premio!.... de su difunta madre, primer topicazo al canto.
Conoce a dos chicos que se enamoran de ella (aquí empieza el lío), el primero con el que sale se vuelve a su país natal, España, y entonces sigue con el segundo chico que es mejicano (la chica no es tonta).
En la segunda temporada aparece un tercer pretendiente (español como el primero), pero este nuevo chico es un pelín malote….¿qué pasará en la tercera temporada?...¿habrá un cuartó o quinto pretendiente quizás?, madre mía!!!, ahora la malota soy yo :p![]()

Bromas aparte, está claro que las madres preferimos que las niñas vean estos programa “flower power” a los del tipo Bob Esponja, además, ¿y lo monas que están las niñas cantando micrófono en mano?…adorables.